Cuando haces un pedido de estores a medida, no estás comprando algo que ya existe en un almacén esperando enviarse. Estás poniendo en marcha un proceso que empieza con tu idea y termina con un producto creado específicamente para tu casa.
Conocer ese camino ayuda a valorar lo que hay detrás de cada estor que subes y bajas cada día.
Paso 1: imaginar cómo quieres vivir la luz
Todo empieza en tu pantalla: eliges un tejido, un color, un sistema. Puede parecer un gesto sencillo, pero en realidad es una declaración de intenciones:
- Estás decidiendo cuánta luz quieres en tu salón.
- Estás definiendo la oscuridad de tu dormitorio.
- Estás protegiendo muebles, suelos y tejidos de la radiación solar.
Cuando configuras tu estor, estás diseñando un pequeño fragmento de tu estilo de vida.
Paso 2: convertir milímetros en precisión
Las medidas que introduces no son un simple dato técnico; son la base sobre la que se construye todo:
- Se calcula el corte del tubo y del tejido.
- Se determina la posición de los soportes.
- Se ajusta el margen necesario para que el estor suba y baje sin roces.
Por eso insistimos tanto en las guías de medición: unos milímetros arriba o abajo pueden marcar la diferencia entre un estor que encaja a la perfección y uno que obliga a concesiones.
Paso 3: fabricación pieza a pieza
Una vez recibimos tu pedido, la fabricación comienza:
- Se corta el tejido elegido con precisión industrial.
- Se ensamblan los mecanismos y soportes específicos para el ancho de tu ventana.
- Se revisan remates, alineaciones y funcionamiento.
No hay dos estores exactamente iguales, porque no hay dos ventanas exactamente iguales. Cada pieza responde a una combinación concreta de medidas, tejido, sistema y acabado.
Paso 4: controles de calidad que se notan en el uso
Un estor no solo tiene que verse bien el primer día; tiene que seguir funcionando bien con el uso diario:
- Que suba y baje suave.
- Que no se tuerza con el tiempo.
- Que el tejido no ceda ni se ondule más de lo razonable.
Por eso cada unidad pasa por un control de funcionamiento antes de embalarse. No es solo una cuestión de estética, sino de experiencia.
Paso 5: empaquetado y viaje hasta tu casa
Después llega el momento menos vistoso, pero igual de importante: el empaquetado. Un tubo mal protegido puede llegar golpeado; un tejido mal enrollado puede arrugarse.
Cuidar este tramo final del camino es la forma de asegurarnos de que lo que has elegido en la pantalla llega a tu casa tal y como estaba previsto.
Un producto que empieza y termina en tu casa
Al final, un estor a medida es un círculo que se cierra:
- Empieza en tu casa, cuando te das cuenta de que quieres cambiar la luz de una estancia.
- Pasa por un proceso de diseño, fabricación y control.
- Y vuelve a tu casa convertido en un elemento que cambia tu día a día.
Cada vez que tiras suavemente de la cadena o accionas el estor, estás activando todo ese trabajo. Y si está bien hecho, solo notarás una cosa: que tu casa se siente mejor.

